jueves, 9 de julio de 2009

Círculo vicioso

Según los datos del Banco de España, los hogares deben al conjunto del sistema financiero 903.021 millones, de los que algo más de 670.000 millones se destinaron a la adquisición de una vivienda.

El racionamiento adicional del crédito no puede vincularse en estos momentos a problemas de captación de dinero por parte de las entidades financieras en los mercados internacionales. Aunque el interbancario sigue seco, el Banco Central Europeo (BCE) ha puesto en las últimas semanas a disposición de las entidades financieras una ingente cantidad de dinero -442.000 millones de euros- con un plazo de doce meses.

La banca no presta dinero, por lo tanto, por razones internas. En primer lugar, por la degradación de la solvencia de los agentes económicos privados –empresas y particulares-, que en un contexto de fuerte caída de la demanda y de destrucción de empleo no están en condiciones de devolver los préstamos. Y de ahí que bancos y cajas opten por no atender las demandas de crédito.

En segundo lugar, las propias entidades financieras tienen que cubrir con recursos propios (su capital) los aumentos de la morosidad, lo que les impide seguir prestando dinero en aras de mantener los ratios de solvencia. Es decir, que por estar escasamente capitalizados no tienen capacidad para seguir prestando dinero.

La economía española, por lo tanto, ha entrado en un círculo vicioso. Los bancos no prestan porque no se fían al haber aumentando la insolvencia de los agentes económicos; pero eso les lleva a su propia ruina, ya que si no conceden créditos no hay negocio, y eso va contra su propia cuenta de resultados. Este círculo vicioso es el que explica la rebaja de los rating de solvencia de la banca española por parte de las agencias internacionales. Y, por supuesto, el hundimiento de la actividad económica, sobre todo en un país acostumbrado en los últimos años a vivir a crédito.